Crítica positiva de Rebuild 3.0

Ya lo avisamos, aunque hay quien, al parecer, lo dudaba: van a ser tres críticas. ¿Acaso no hay varios momentos en una misma reflexión? ¿Acaso no hay dos partes buenas de cada serie? Pues eso. Bueno, en este caso van a ser tres. 


Hay cosas buenas en la tercera Rebuild: para empezar, el nivel de animación ha alcanzado cotas de auténtico escándalo. Es verdad que en las dos anteriores se había mostrado un aumento en la calidad, pero en esta ha triplicado la apuesta y ha quedado maravilloso. Nos parece reseñable, una vez más, la presencia de poliedros, prismas y otros elementos de este tipo moviéndose; en la productora se han enganchado de este tema con considerable fuerza: nos resulta memorable el detalle del hipercubo Daliliano que emplean para representar la cárcel de Shinji y el Eva 01 (no se nos iba a pasar esto), el uso de la luz, aunque tal vez se abuse un poco de los fondos rojos, que pueden llegar a ser un tanto opresivos. 

Más en profundidad, sigue siendo admirable la capacidad de Anno para dotar de matices a sus personajes utilizándolos muy poco tiempo; es verdad que juega con ventaja por que partimos de posiciones anteriores y los conocemos, pero la diferencia entre esta película y la anterior es muy grande, y no hay reparos en cambiar el punto de vista al espectador cuando es necesario. La verdad, es una muestra del carácter del autor, que nunca ha estado abierto a la consulta y nos parece encomiable. En este aspecto, tal vez falten un par de silencios, pero al mismo tiempo han dotado a la serie de mayor accesibilidad: antes, no se daban respuestas y se quedaba todo en silencio incómodo; ahora se dan explicaciones, se muestran reacciones, se busca la conciliación en el diálogo. Es un aspecto agradable, tal vez por que la serie original no era muy pródiga en la comunicación, y a veces se dejaba al auditorio con muchísimas dudas. 
¿Les suena de algo, eh?

Sobre esa accesibilidad, hay otro aspecto que pocos han querido evaluar: el argumento, el "plot" como dicen en inglés (una palabra más adecuada, estarán de acuerdo) ya lo conocemos todos, o mejor dicho, todos venimos con una iconografía asumida, interiorizada, y en ese sentido ya no van a sorprendernos de ninguna manera con el uso de los elementos; por eso, esta resulta más atractiva, más accesible, por que implica al espectador, no con el mero juego de conceptos que siempre han liado a los fanáticos en el pasado, sino que los ha hecho partícipes del misterio real, de la intención del autor. Esto es estupendo, y estamos seguro de que en los próximos dos años (los que tendremos que esperar) se van a inventar las chifladuras más retorcidas, algunas incluso geniales, para explicar lo visto hasta el momento y proyectar el futuro. Esto es digno de JJ Abrahams, incluso superior, y hay que reconocérselo a Anno. 

Al mismo tiempo, si se le puede reprochar que utilice el manido recurso de cliffhanger, se puede alabar el hecho de que hayamos llegado al capítulo 24, bueno, a la tercera película de cuatro, y sigamos sin saber nada. Esto nos plantea la duda,de qué ocurrirá en la siguiente, cómo de larga será, con cuantas dudas nos dejará: y eso lo sabemos seguro, nos va a dejar MUCHAS dudas. Dudas que posiblemente podamos disipar con la versión 4.4, 4.5, 4.6... lo que queremos decir, es que entendemos que es muy difícil intentar presentar algo viejo como nuevo, es difícil enfrentarse a tu obra y volver a empezar, y encima hacer gala del misterio es también muy meritorio. 

Podemos, debemos, mencionar el talento de Anno y el equipo para replantear sus personajes, añadirles ese algo de más, y hacerles dar la vuelta. No hace falta más que plantearse a Rei Ayanami, que en la serie terminaba como una gran tragedia por que no se sabía si era el interés romántico de Shinji o no; en esta ocasión, solo poniendo en evidencia al propio protagonista que es un clon de su madre, la actitud del espectador y del propio personaje se acomodan perfectamente, causa repulsa e, inmediatamente, el personaje adorado de la película anterior que antes parecía un motivo amoroso, ahora es repulsivo y enfermo. Y esto es la mitad del trabajo de Rebuild, y nos parece que lo hace maravillosamente. Hay tanta inteligencia en esto, que verdaderamente se esfuman todas las dudas que pudiera haber al respecto de si Anno es el mismo de antes o no: lo es. A veces, roza la genialidad tan característica suya. 

Sería agradable mencionar, para terminar, que si bien en la anterior película el personaje de Mari resultó particularmente molesto, en esta la tónica es la misma, incluso peor. Mari es inaguantable hasta el extremo y no se pueden ver dos momentos seguidos con ella en pantalla en los que no apetezca borrarla de la faz de la tierra semidestruida en que se encuentra. 

Y es difícil mantener ese nivel de irritabilidad en nosotros.