Siempre tiene uno la duda con Misato; tal vez Anno la haya
dejado así para aumentar el misterio; tal vez no muestre gran preocupación por
su trabajo ni medrar en él, sólo para que sus estallidos de genialidad generen
más contraste. Es probable que el sentido de la justicia torcido y la falta de
escrúpulos le den más morbo que todos los pliegues y los brillos añadidos a sus
escuetos vestidos. No sabe uno si es buena, si es egoísta, si es temeraria en
sus decisiones militares y cobarde en su vida personal, si junta todo eso. No
sabemos si está enamorada de Shinji, si se siente atraída por él, si sólo lo
utiliza como sustitutivo de hombre o de hermano pequeño. No podemos acertar a
saber si es niña o mujer.
Lo único que tenemos de ella es un pasado difuso, del cual
se ha declarado incapaz de entramar una explicación decente; es un precedente
que, de alguna forma, parece bastar a todos los personajes que la rodean. Pero
no parece que nadie se adentre demasiado en el completo desastre que es; la
verdad, es posible que sepan de todas esos desórdenes, e incluso los entiendan.
Pareciera que Ritsuko comprendiera la motivación real de Misato, y que no le
importe que tome decisiones abiertamente irracionales y solo se oponga cuando
la posibilidad de victoria es casi inexistente. Es como si Kaji supiera de la
atracción de su atracción por Shinji, y dejase que creciera, pensando que algún
día simplemente sería lo suficientemente hombre como para cruzar ese Rubicón.
Es como si Gendo y Fuyutsuki la consideraran perfectamente demente para hacer
su trabajo; desequilibrada, pero resolutiva.
Es por eso que Misato es uno de los personajes más logrados
de la serie. La única pena es que se quedaran sin presupuesto para
desarrollarla; al final, con el horror de la vida de Shinji y el calvario de la
complementariedad, nos quedamos sin entender qué era ella, y solo End of
Evangelion nos dejó un beso fugaz, una promesa, una insinuación que apuntaba a
esa sordidez tan arraigada; tan cercana al morbo que da un poco de asco. Misato
también tiene eso, que una vez la fantasía se hace realidad, pierde toda la
trascendencia, se vuelve repulsiva.
Es una característica propia de Evangelion dejar dudas, y
curiosamente, terminan siendo más poderosas que las certezas; es posible que
sea todo un asunto de la imaginación, y que al estimularla con la posibilidad,
nos deje ese espacio que tanto ha cautivado a la gente, el de la especulación,
que siempre va unido a la idealización en mayor o menor medida.
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