Seguimos con Haruhi

Esto va a ser un divague sobre Haruhi. La verdad es que me gusta mucho, y el otro día estaba revisionando la película La desaparición de..., y se me ocurrió volver sobre un par de asuntos. Me descargué un par de novelas, las leí. Las leí en diagonal, por que están tan mal escritas, tan carentes de cualquier literareidad o poesía o sentido mínimamente artístico de lo que debe ser un texto, que no parecen ni siquiera escritas por un profesional. Básicamente, son los pensamientos de un muchacho con alguna descripción, sin ninguna profundidad en ningún aspecto (psicológico, estético, etcétera). Lo único que tiene Haruhi son sus ideas sobre viajes en el tiempo, dimensiones y ciencia ficción en general. El resto es pura basura. No hay más que ver cómo introduce al lector en las escenas: parece un guión, sin ninguna imaginación.

Pero yo me lo leo igual, por que no necesito prestarle mucha atención y descargarme los pdf al tablet es gratis, y es mejor que ver la tele. Y Haruhi solo tiene una cosa, pero la que tiene, es buena.

Haruhi es una novelita que sobrevive a base de ideas. La mayor parte de ellas son juegos con los viajes en el tiempo. Por ejemplo, en La desaparición de..., se plantea durante una buena parte de la película la posibilidad de que Kyon haya entrado en una nueva realidad en la que no hay extraterrestres, ni seres paranormales, ni viajeros en el tiempo... pero no, lo que había pasado es que hacía unos días la realidad había sido alterada. Es decir, que sí, era una nueva realidad, pero partía de la realidad original, así que era más bien una falla espacio-temporal que se resolvía volviendo al pasado y reestableciendo el orden original. Esto es un tema básico de metafísica, algunos estaréis pensando en Jorge Luis Borges y El jardín de los senderos que se bifurcan, en el que se describe un libro que, como un árbol, presenta todas las variantes posibles entre los caminos escogidos y los relegados, como ramas partiendo de un mismo tronco.

En medio de todo esto, se planteada algo interesante sobre el tema: ¿de verdad que existen las realidades diferentes, o solo hay un momento (o varios) en la existencia que pueden dar lugar a cambios drásticos?

Luego esto, como algunos sabréis, da lugar a varios episodios: Kyon vuelve en el tiempo, Nagato lo empuja por las escaleras, Haruhi se pone alerta contra "enemigos" de la brigada; esto termina con Kyon obligado a enviar a Mikuru de vuelta en el tiempo una semana, a Haruhi más paranoica... y no voy a contar más. Y Kyon empieza a entender mejor sus sentimientos por las chicas de la brigada. Se da cuenta de que está enamorado de Nagato; también se da cuenta de que le gusta Haruhi, y que la odia al mismo tiempo; se siente atraída, a la vez, por Mikuru, y ya ha adivinado que algún día se la va a cepillar. A Kyon le gustan todas, vamos. Cosa normal, por que tiene dieciséis años y se la pasa rodeado de chicas disfrazadas de sirvientes, compañeras con las faldas cortas y tiene dieciséis años.

Cada una de las chicas representa un interrogante: claro que Mikuru está indefensa, pero eso puede ser parte del plan. Por que si lo piensas, los del futuro necesitan que la realidad sea como ellos la viven; por eso se presenta a alguien con la suficiente mezcla de ingenuidad, pureza e ineptitud, para que Kyon se sienta inclinado a ayudarla (y posiblemente destruir a Koizumi, y a Nagato). Nagato es alguien en continua conexión con todos sus yoes: pasados y futuros. Para Nagato no existe un "yo", por que no hay diferencia entre el ayer y el hoy, y el tiempo es la medida, el protagonista de la vida. Por eso necesita liberarse de esa insoportable carga y convertirse en alguien más feliz; aparte, por su forma de ser, es casi indescifrable, solo Kyon puede entender sus expresiones o la falta de ellas. En otras palabras, es la comodidad y la confianza, pero al mismo tiempo la idea de compartir algo con Nagato parece lejana e imposible. Y por último Haruhi, la que le atrae tanto como le repele; de la que admira tanto su resolución como odia su desprecio por los demás. No puede estar con ninguna, por que todas son una paradoja en sí misma, un imposible irresoluble que lo martiriza y lo lleva a la desesperación mientras, supongo, intenta contener una erección perpetua.

Como digo, un chico de dieciséis años.

En el fondo, una de las razones por las que no sale más Haruhi es que el autor ha llegado un punto en el que la fórmula no le da para más. Las últimas novelas cubren el primer año. En algún punto, cuando hizo el primer viaje en el tiempo, las cosas se quedaron paradas, por que todas las tramas que han ocurrido y algunas historias sueltas que no sirven de nada ya han ocupado ocho novelas. La única solución que tiene es cerrar el ciclo con la próxima novela y plantear un esquema que despeje los viajes en el tiempo, evoluciones los personajes y mejore la serie en general. Al final, el error es que Haruhi está planteada a medio plazo, sin una estructura definida, y el autor se ha dedicado a rellenar con retruécanos libros y libros que no avanzan la trama.

Por eso la falta de motivación para escribir, por que se ha metido en un atolladero, ha sacado todo lo que podía de la historia y ahora no ve una forma de renovarla y mejorarla. Es decir: tal vez no tengamos más Haruhi, pase lo que pase.

O al menos Haruhi de la calidad de los primeros libros.